Definitivamente sigue ovulando. No hay más explicación para esta zozobra. Hoy esta cubierta de vapores como loba. Se encuentra chisporroteando en las ganas que restriega con imaginación. Esta ansiosa de piel. Sus poros exhalan sensualidad y las manos esperan en calma. Se siente atraída por la palabra. Piensa en todos los poetas que ha leído. En los que se deleitaron en la llama del enamoramiento. Le gusta regocijarse entre sueños.
Desde que salió de la reunión no para de tener pensamientos que la hacen rumiar en deseo. Tiene ganas de lamer, del olfatear, de sentirse prohibida...
El sol se deja ver entre los pinos del parque. Ha estado varios días escondido bajo la niebla. Es una tarde temprana y ella en su andar disfruta del paso del aire por sus mejillas. No es que esté eufórica, es simplemente que siente su vida en estos momentos llena de una energía sexual que ha despertado sus sentidos.
Quién le iba a decir que el médico, esa tarde, le diagnosticaría la menopausia. Sería la misma con una nueva historia.
Elizabeth Hernández Quijano
Huesca, febrero, 2009.
Desde que salió de la reunión no para de tener pensamientos que la hacen rumiar en deseo. Tiene ganas de lamer, del olfatear, de sentirse prohibida...
El sol se deja ver entre los pinos del parque. Ha estado varios días escondido bajo la niebla. Es una tarde temprana y ella en su andar disfruta del paso del aire por sus mejillas. No es que esté eufórica, es simplemente que siente su vida en estos momentos llena de una energía sexual que ha despertado sus sentidos.
Quién le iba a decir que el médico, esa tarde, le diagnosticaría la menopausia. Sería la misma con una nueva historia.
Elizabeth Hernández Quijano
Huesca, febrero, 2009.