22 mayo 2006

EL AGUA

Cuando llegué a España hace casi siete años, se me hacía extraño comer con agua natural o con vino. En México, no tenemos esta costumbre, ni en muchos de los países de América. Nosotros comemos con agua pero de sabores: limón, naranja, sandía, melón, tamarindo, guanábana, piña y un sin fin de sabores. Agua o refresco. Algunos comen con cerveza, pero son los menos. El vino, lo dejamos para las grandes ocasiones.
En España se comé con agua natural. En un principio no lo podía hacer, pues me desagradaba no encontrar un sabor al agua mientras comía. Me gustaba esa mezcla entre lo que estabas comiendo y el agua dulce o el refresco con gas; alguna vez lo comía también con vino y gaseosa, una buena combinación con muchas calorías.
Ahora, después de casi siete años, he aprendido a comer con agua o vino y se me hace extraño el comer con algo de sabor que no sean estos sabores. Parece mentira que el tiempo pueda hacer que nuestros hábitos alimenticios cambien tan radicalmente. Y prefiero comer con agua natural antes que con cualquier cosa. Aunque un buen vino siempre viene bien en las comidas.
¡Salud!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te vi la otra noche en el bar "Valero". Sé que me miraste y estuviste a punto de saludarme, pero no lo hiciste. :-). Yo tampoco lo hice, para ser honesto.

Bueno, quizás la próxima vez...

senda de luz dijo...

pues a mi me encanta el agua, bebo mucho, mucho agua ....

¿será poque soy piscis? ; )

abrazos

Elizabeth Hernández Quijano dijo...

Senda: El agua es deliciosa. Nunca como ahora, la disfruto.
Nicolás... ¿será que no te identifico y por eso no te saludé? La próxima vez, me saludas tú y así nos conocemos.
Buen día.