22 septiembre 2008

MÚSICA DE MIS RECUERDOS

Música de mis recuerdos.
Música para compartir.
Música para reconfortar el alma.

Cómo no sé subir música del "Youtube" a mi blog, les haré una pequeña lista para que conozcan lo que he escuchado estos días de guardarme en casa para sanar del dolor de estómago.

Gracias a Dios poco a poco voy mejorando.

Gracias a l@s que se han preocupado.

Y va la lista:

José José - Almohada
Amar y querer

Camilo Sesto - Melina
Quieres ser mi amante
Callados (con Angela Carrasco)

Víctor Iturbe "El Pirulí" - Felicidad
Soy lo prohibido

Mª Dolores Pradera - Flor de la canela
El tiempo que te quede libre

Lupita D'alessio - Mudanzas

Ernesto D'alessio - Como tú

Esta última canción fue éxito de Lupita Dálessio, su madre, pero me encantan sus versiones de los éxitos de los setenta que interpreta con maestría.

Muchas más canciones fui encontrando en los ratos en los que podía olvidarme del dolor de estómago. Fueron pocos los momentos, pero traté de estar animada, ya era suficiente con la molestia constante como para todavía quejarme.

Saludos y si algun@ tiene curiosidad por estos boleros se los recomiendo.

Liz

POEMAS INÉDITOS

Hasta que la conciencia surja en ti,
toda tu moralidad es falsa
OSHO


Hay tantos mundos como mentes
porque cada mente
vive en su propio mundo

OSHO

I
Se encuentran las amistades.
Comentan lo que ha sido los últimos años.
Se entretienen hablando de la crisis del que perdió el empleo.
De la angustia cuando el hambre es constante en la casa.
Y del comprar alimentos, de las mejores ofertas.
Se encuentran para abrazar el rocío de la mañana.
Para abrir el baúl de los recuerdos
y ver los disfraces que se han puesto al paso del tiempo
para recordar que fueron niños
y que los momentos buenos se mantienen como una constante.


II
Seguro mi padre, no se dio cuenta
que su cachete estaba fuera de lugar.
A mis diez años no conocía la palabra padrote.
Qué duro fue conocerla.
Después de sentir la mejilla roja, ardiente
fui al diccionario a buscar el motivo del castigo.
Ahora tenía que buscar qué era una prostituta.
Eran otros años y no había libros de autoayuda.
A mi padre
le llevaban a misa y le daban pellizcos
para que guardara silencio durante el culto.


III
En todas tus actividades intervienen los sentidos.
Imaginas una escalera para que entre en un hueco.
Aprendes una idea por un cuadro.
Tienes motivos para la exposición de tu obra.
Adelante, el mundo está abierto.


IV
No me consiento percibir
porque te siento y vuelo.


Elizabeth Hernández Quijano ©

18 septiembre 2008

MARTHA MARGARITA TAMEZ GUTIERREZ II

Respuestas / mails

Reproduzco en esta blog, entre el dolor de estómago que me embarga desde hace unos días, la alegría de saber que mi amiga Martha Margarita Taméz, está bien después de que pasara el "Huracán Ike". A las vez noto la desolación de cómo la tierra nos va dando tumbos con el cambio climático.
Estos son algunos párrafos de los correos recibidos y enviados a mi amiga durrante el huracán a esta artista plástica y escritora. Se los reproduzco con su permiso en este espacio.
¡Van por tí!

***

Liz: si vieras que entre el huracán y la noche solo pedía a Dios que no me golpeara algún objeto. Nos quedamos sin luz por cinco días hasta hace una hora. Sin agua por la primera noche que estábamos llenos de lodo y mugre con sudor. El gas llego un día después. Todo caído, quebrado o arrancado. Me sentí con mucho calor la primera noche pero luego Dios nos aventó un fresco que tranquilizo corazones y ánimos. La gente del barrio se porto a la altura: no hubo robos. Las ambulancias no dejan de pasar. Aun sigo limpiando y no veo ni pa’ cuando. La escuela abrirá hasta nuevo aviso. Te quiero mucho. Gracias por lo del blog. En Artelista yo menciono en biografía que de dos baúles de Puro Color uno es tuyo. Bueno, ya paso el susto. Lo bueno es de que estamos vivos. Te quiero.
Martha Margarita Tamez
La Chacha.
17 de septiembre de 2008.

***

Martha: Supongo que como otras tantas personas nos habremos puesto contentas de saber que estás bien, dentro de lo que cabe.
El baúl de PURO COLOR está en Monterrey, en casa de mi hermana Jessica. Si algún día lo necesitas, puedes pasar por él. Es tuyo, y ha sido mío todo el tiempo y lo que guarde también. Aunque creo que ahora sólo tiene míos algunos libros y una manta de mi hermana que para el invierno quitará.
En fin, que me alegro que estés bien y si me autorizas escribiré en mi blog tus correo. Quiero que quién me lea, también lo viva. El mundo se mueve.
Te amo amiga, estoy feliz de que estés bien.
Liz
Elizabeth Hernández Quijano

***

Claro, te permito todo lo que quieras porque sé que siempre es bueno. Sólo te comento lo del baúl para que veas cuánto te quiero escribir tan cerca de mí. Gracias, gracias, gracias… Ya pasó lo peor de Ike. La primera mañana nos llenamos de lodo, sudor, arena, etc. y no había agua pero, sólo por un día y medio. Esa noche - sucios –hizo mucho, mucho calor.

Después llegó el agua; dos días más tarde llegó el gas. Seis días más esperamos para los demás servicios en mi barrio afortunado. Otros no son tan afortunados. Tengo suerte, tengo Dios. Todo voló. Las bardas, techos completos o pedazos - como en mi caso -. Dos días oscuros, oscuros en el cielo día y noche.

Aún no recogen la basura y la carne o comida echada a perder hiede. Mi salón de clases está destrozado. Me acordé de cuándo viví en la sierra, y lo vi todo como normal: el viento que corta las ramas secas, el frío nocturno y después de calor intenso de esa la primera noche que te cuento. Yo sólo exclamaba a ratos: “Díos mío”. “Dios mío”. Cuando los trozos de algo golpeaban por el derredor de la casa, por ventanas y puertas que quedaron débiles. Ya pasó todo, pero se tardará tiempo en volver a la normalidad.
Love you!
Saludos a Álvaro, dile que aún tiene tía para rato.
Martha Margarita Tamez
La Chacha.
18 de septiembre de 2008.

14 septiembre 2008

MARTHA MARGARITA TAMÉZ GUTIERREZ

Hace un rato llamé a mi amiga Martha Margarita Taméz Gutiérrez a su casa. Ayer sábado también lo hice. La operadora me dijo en inglés que de momento su línea no está en servicio ni guarda mensajes de voz. Dolorosamente cuelgo el auricular y recuerdo las palabras que me dijo mi amiga el viernes por la noche:
"Llega el huracán Ike y no puedo salir de casa. Al ser maestra tuve que esperar a que se fuera el último de los alumnos para ir a proteger mi casa y recoger la documentación más importante. Ya no pude salir de la ciudad".
Y dijo: "No te preocupes, que todavía tengo cosas por hacer y si Dios quiere las haré. Nos vemos en junio del próximo año. Voy a Madrid y de ahí nos movemos", quedamos de continuar con los detalles por correo electrónico. Y también en que me llamará o me escribirá en cuánto pueda. Que pasaran unos seis días como mínimo. Así que en esta espera les comparto un relato que le publicaron en el libro: “Escritores en el umbral” Memorias del Primer Encuentro “Lectura y conversación con escritores”, bajo la selección y prólogo de Jesús de León y Gabriel Pereyra del año 1990 editado por el Gobierno del Estado de Coahuila y en donde se puede encontrar a nombres de escritores muy importantes en la cultura del Norte de México actual.


Historia de Antiguo Adobe

El poema nació porque yo andaba en busca de un poema. Ha tiempo, desde niña escribo lo que siento; escribo y publico a tal grado que los vecinos dicen que soy escritora, otros que poeta y los demás que estoy loca. Yo sólo sé que estoy y que alguien me dijo:

- ¡A ver, escríbeme un poema!

- Give me a breack! –respondí.

- Entonces, agrégale la historia y entrégamelo.

El alguien se fue, quedé frente al escritorio, coloqué una serie de objetos preferidos: tinta china, puntilla, hojas en blanco, hojas con renglones, lápiz, plumas de tinta verde, roja, negra y azul, borrador, sacapuntas, un cuaderno nuevo, mi diario, el walkman y cassettes, muchos cassettes… ví todo por largo rato. Decidida a caminar por las calles, subirme a camiones o combis, pedir ride o hablar con el copiloto, tal vez ir a otra ciudad, metí los objetos a mi morral. Cuando sonó el teléfono, otro alguien me pidió un favor…

- Necesito un aventón a la carretera a Parras, sabes, en el rancho wua, wua, wua

- Acepto.

¿Qué es más humano, escribir un poema o ayudar a un prójimo que se cree mi amigo? Dejé todo menos el diario y la pluma roja, prendí en carro, hoy descompuesto, y me dispuse a cumplir con el favor de la mejor manera.

Un calor intenso. En mi bochito íbamos cuatro personas. Mediodía. Carretera Saltillo-Parras, llegamos al rancho. Dispusimos todo para el regreso. Carretera de tramos largos y delgados. Cerros pelones del semidesierto de Coahuila, ¡oh!, ¡oh! Un hombre en burro a la orilla de la carretera, llevando en brazos a un perro feliz.

Voces: ¿Cómo sabes que es perro feliz?

Comadres: La lengua la lleva de fuera, mueve la cola y además lleva en brazos la cola y además sus patas y manos van al aire como si ya hubiese viajado así.

¿Quién sabe por qué razón ese hombre pensativo lleva en brazos a un perro aparentemente sano; sus ojos brillan de contento, mientras los del hombre brillan su pensamiento?

Este pensamiento me llevó unos tres minutos de camino. Volteo y digo a mis prójimos:

- Tengo que estacionarme.

- ¿Te anda?

- Debo escribir algo.

Adivinar el pensamiento de un perro
feliz sin caminar
cargado por el dueño
lejos
donde el sol contento.

Un día largo, tan largo que acabé en la cama profundamente asoleada y dormida hasta dos días después que desperté para leer lo escrito. Lo tomo en mis brazos y salgo a la calle en busca de alguien con quien platicar la aventura. Llegué a casa de Gabriel, una casa antigua de adobe. Llegué con la oscuridad. Gabriel tuvo que encender unas velas y veladoras por falta de electricidad:

- Tengo pilas para la grabadora.

Mientras se las puso, escuchamos unos pasos en la azotea. Comentamos:

- ¿Qué piensas de los pasos en la azotea?

- ¿De quién son?

- No hay nadie en el techo y la casa está aislada, todo a su alrededor es terreno baldío.

- ¿A qué crees que se deba?

De los espíritus pasamos a hablar de metafísica, luego, le conté lo del perro feliz y me fui en busca de mi cama, mi caracol. Después de dos días totalmente despierta por los pasos, regreso con Gabriel:

- ¡Pasa, pasa! Wua, wua, wua –hasta que le expresé mi angustia-. Un alguien me ha pedido el poema, ¿te acuerdas del perro feliz? Le escribo algo que no me cuadra, no me convence, no me gusta…

- ¿Por qué no escribes de los pasos en la azotea?

- ¿Tienes papel y algo con qué escribir?

y comencé:

Los pasos en la azotea
de la casa aislada
son vibras del alma
huyendo sin pedir nada
Grito eterno
personaje dama
girasol sol drama
del perro feliz
que no aparece.

Martha Margarita Taméz Gutiérrez.
P.D. Espero pronto recibir noticias de mi amiga Martha. Seguiré llamando por teléfono.
Suerte a todos y todas los que estén enmedio de cualquier huracán!

10 septiembre 2008

EL TIEMPO


Hoy quiero reflexionar un poco sobre el tiempo. Y dirán, por qué ahora Liz nos quiere hablar del tiempo si de sobra sabe que el aquí y el ahora es lo que más importa para ser feliz, según dicen las filosofías orientales. Y les diré que lo creo...

Resulta que el otro día hablabamos sobre Ma. Dolores Pradera en una mesa que compartía con gente que estimo en esta ciudad en la que vivo; y recordé que en una ocasión tuve oportunidad de ver un concierto de esta cantante, de quien me he enterado también fue actriz y recordé varias de las canciones que interpreta y con las cuáles he cantado por muchos sitios yendo en mi auto por la ciudad de Monterrey.

Vinieron a mi memoria canciones como: "En un rincón del alma", "La flor de la canela", "El tiempo que te quede libre", "Toda una vida", "Caballo viejo"... y tantas y tantas que seguramente a los que la conocen les vendrán a la mente, incluso como yo las cantarán. Con esto también llegan, por supuesto, cosas que se vivieron y que una canción o una charla puedan traer a nuestro vida el recuerdo como si fuera ayer cuando sucedió. Y aquí es donde quiero reflexionar sobre el tiempo.

Vivo tan intensamente el momento que parece que los días pasan rápidamente y desde que escuché ese concierto y que vivía con esa música al lado han pasado más de diez años.

Creo que si se vive con intensidad no importan las horas, los minutos o los años que nos separen de gente a la que amamos, de una u otra forma, para volver a tener esos bonitos recuerdos y que nos acompañen los buenos sentimientos.

Al concierto me invitó Lourdes Bello, una amiga poeta regiomontanta que hace mucho tiempo no sé de ella. Disfrutamos mucho, fue un deleite sentir cómo los músicos tocaban los requintos en los boleros con la voz de Ma. Dolores Pradera inundando el Auditorio de la Universidad Tecnológica de Monterrey (TEC) y el público haciendo coro en algunas de las canciones. Por supuesto canté las canciones con ella, bajito para que no molestaran al público, pero no podía evitar cantar con esa melodiosa voz y con esas letras tan desgarradoras y sentidas. Soy una poeta, eso se nota.

Recordé el tiempo que ha pasado, los sitios en donde escuché música de esta cantante que admiro y entré a buscar vídeos de ella hasta que encontré algunas de sus canciones.

Y después escuchar varias me doy cuenta de la hora y me digo: "Mañana hay que trabajar, a la cama".

Otra vez el tiempo pasa eso no puede evitarse, por eso vivo con intensidad cada cosa que realizo cada día para que siempre los recuerdos permanezcan en el corazón. Y si algún día se pierden en la memoria, tampoco importa porque la pasión con la que vivo cada momento nadie me lo puede quitar... mucho menos el tiempo y la cotidianeidad.

Un beso a mis amistades y a las personas que gustan de esta música.

01 septiembre 2008

UNO DE RECUERDOS

FOTO: Liz, en el columpio por Llibi

Recuerdo hoy con mucho cariño a los “Jueves Mancuspianos”. Un proyecto que realizó un grupo de escritores de Monterrey (Nuevo León, México), que posteriormente se conformaron como una asociación llamada LA MANCUSPIA. Eran un grupo cerrado pero dejaban entrar también a los extraños, a los noveles escritores de los casi trescientos escritores de Nuevo León que había en el año noventa y cinco o seis. Eran unas sesiones bohemias y literarias (uno no puede estar sin lo otro, nos dieron varios ejemplos muchos escritores a través de la historia, que ahora admiramos y exaltamos como genios de la imaginación volcada en palabras). Los escritores nos nutrimos unos de otros. Somos como vampiros de historias. Chupadores de versos.

Este grupo comenzó también a editar un pliego literario por esa época. Creo que este año llegan a los 100 pliegos: “Papeles de la Mancuspia”. Han sido editados con textos de diversos escritores tanto de Monterrey, Nuevo León, como de todo México y el mundo. Bueno, pero estaba contándoles de los “Jueves Mancuspianos” nombre que se le dio al ciclo de lecturas semanales que organizaban y que reunían a escritores regiomontanos a leer su obra. Decidieron ampliar el círculo y se les ocurrió que un bar del Centro de Monterrey era el lugar adecuado. Se organizaron lecturas en las cuales no te pagaban ningún caché por hacerlas pero tu anhelabas participar y compartir con toda esa gente. De eso casi siempre salía alguna crítica constructiva y departíamos entre cerveza y literatura. Era un honor, o cuando menos yo así lo siento, el estar considerado dentro de las sesiones que organizaron durante mucho tiempo.

En ese bar-restaurante donde nos convocaban, nos vendían las bebidas al 2 x 1 en horario de 20 a 21 horas. Todo para ir calentando el ambiente; y después comenzaba la lectura que casi siempre contaba con la presencia de tres escritores y escritoras que nos deleitaban y a veces torturaban con sus últimos textos publicados o en los que estaban trabajando. Eso era lo que menos importaba. El motivo de la reunión. Lo importante era compartir literatura. Alzar la voz en versos y relatos. Lo realmente medular de estos “Jueves Mancuspianos” es que te encontrabas con gente afin a tu pasión: la literatura. Gente con la que podías hablar de tus personajes, de tus poemas escritos en el autobús, premios recibidos. En fin, podías compartir y además, cuando se terminaban la lecturas de la mesa del día; se subía un organista a tocar y amenizar el ambiente. Algunos nos atrevíamos a cantar como Dulce María González con “La del moño colorado” . Yo también me eché un dueto con Guillermo Berrones un día cantando “No volveré” y nos reímos muchos cuando nos dimos cuenta al final de la canción que en ningún momento nos habíamos encontrado en la misma sintonía. No todos se atrevían a subirse a cantar. El que siempre que nos acompañaba le pedíamos que nos cantara a ritmo de blues era a Luis Javier Alvarado. Su voz de barítono nos permitía escucharle admirándolo no sólo como poeta, si no también como cantante. Lo hacía muy bien. Y su risa, recuerdo su risa que contagiaba hasta el más aburrido de la noche. Porque siempre había alguno que sólo criticaba los textos leídos: Que si la gramática, que si la historia ya estaba pasada de moda o muy machacada, que si la pobreza del lenguaje. Siempre alguno se ponía borde o pesado y sólo criticaba. Pero había un buen remedio para esos y era, darles más cerveza para que se callaran o de plano mandarlos a freír espárragos y con su cantaleta a otra parte. Y que siguiera la fiesta y el intercambio de literatura.
Que buenos tiempos y agradezco los que tengo hoy… también me siento feliz.