25 mayo 2005

HISTORIAS

Anoche olvidamos el mundo exterior por unas horas: Reunión de amigas. Una noche divertida, llena de sonrisas, confidencias, recuerdos adolescentes. Risas, muchas risas entre mujeres.
Olvidar por un momento las responsabilidades, los problemas, la cotidianeidad, el mundo real. No hablamos de modas, ni de guerras, sólo nos dedicamos a sentirnos bien, a ser nosotras mismas. A ser complices de nuestras pequeñas aventuras juveniles.
Que noche tan mágica. Hicieron falta algunas, que también comparten nuestras complicidades, pero fue una reunión para repetir. Somos mujeres y felices de avanzar en la amistad. De vivir el instante con la mayor alegría.
El teléfono quedó en una selva de plantas cuando vimos a través de la ventana para recrear una de las anécdotas. Alguien por el auricular, preguntó si no se nos había secado la lengua. Y no, las infusiones estaban deliciosas y nuestras lenguas felices de tanto moverse.
Algunas galletas acompañaron la noche. El chocolate con almendras era irresistible para alguna. Pero era inevitable picar algo. Yo hice mi mayor esfuerzo por tomar la infusión con sacarina y no comer ni una miga de galleta, que se veían suculentas en su empaque de gusano.
El tiempo se hizo corto, como siempre que te la pasas bien. Hubieramos seguido horas y horas dandonos el turno para contar anécdotas sobre algo, que eso le recordó a otro momento. Risas y más risas. Una cura para el alma.
Ojalá sigan estas reuniones pues todas tendremos hoy agujetas de tanta risa.
Estoy un poco cansada en esta mañana llena de sol, por las pocas horas dormidas, porque me duele la espalda, porque estoy estresada. Pero valió la pena. Me alegro de compartir pasajes de mi vida con ellas. Y que hoy, las llevaré conmigo en el recuerdo de esta noche compartida.
Es una pena que no hayaís estado las demás, pero seguro la próxima será igual o mejor que esta.
¿Quién es la siguiente en cumplir años?... o tendrémos que poner fecha (¡en viernes, por favor!) para la nueva reunión, porque creo que faltan días para algun festejo, así que a buscar pretextos y huecos en la agenda.
Lo malo es tu cocina, Cierzo, que habrá quedado un pelín revuelta. Conste que llevé los vasos pero no los puse en el lavaplatos. Ya sabes, la cocina es mi talón de Aquiles, más no el cocinar ¿eh?, que conste. Eso me encanta, ya lo saben.
Gracias chicas, las quiero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jooooo Princesa... tu escrito resume a la perfección la velada de anoche. Cuando os fuisteis me di cuenta de que alguien había llevado la bandeja con los restos de bebidas y postres a la cocina. Lo imaginé. Fuiste tú. ¡Pero mira que eres maja!
Antes de ir a dormir, todavía dediqué unos minutos a poner el lavavajillas y a tender la ropa que esperaba dentro de la lavadora.
Imagino que hoy habrá ido a limpiar la señora. Nunca será una molestia para mí que vengais a casa... yo seguiré recogiendo y la otra limpiando; si fuera al revés, igual me lo pensaba dos veces... jajajajjajaja.
Yo también os quiero, y mucho, para eso sois mujeres de mi vida.
Muacks

nuse dijo...

jooo, que envidia. Envidia, porque sé lo que fue, he vivido muchas de esas noches, aunque no con todas vosotras e imagino lo bien que lo pasasteis.
No hay nada, nada, como reirse con las amigas complices y confidentes.
Me alegro mucho de oirte decir que fuiste feliz anoche.
Muchos besos Princesa!