18 septiembre 2008

MARTHA MARGARITA TAMEZ GUTIERREZ II

Respuestas / mails

Reproduzco en esta blog, entre el dolor de estómago que me embarga desde hace unos días, la alegría de saber que mi amiga Martha Margarita Taméz, está bien después de que pasara el "Huracán Ike". A las vez noto la desolación de cómo la tierra nos va dando tumbos con el cambio climático.
Estos son algunos párrafos de los correos recibidos y enviados a mi amiga durrante el huracán a esta artista plástica y escritora. Se los reproduzco con su permiso en este espacio.
¡Van por tí!

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Liz: si vieras que entre el huracán y la noche solo pedía a Dios que no me golpeara algún objeto. Nos quedamos sin luz por cinco días hasta hace una hora. Sin agua por la primera noche que estábamos llenos de lodo y mugre con sudor. El gas llego un día después. Todo caído, quebrado o arrancado. Me sentí con mucho calor la primera noche pero luego Dios nos aventó un fresco que tranquilizo corazones y ánimos. La gente del barrio se porto a la altura: no hubo robos. Las ambulancias no dejan de pasar. Aun sigo limpiando y no veo ni pa’ cuando. La escuela abrirá hasta nuevo aviso. Te quiero mucho. Gracias por lo del blog. En Artelista yo menciono en biografía que de dos baúles de Puro Color uno es tuyo. Bueno, ya paso el susto. Lo bueno es de que estamos vivos. Te quiero.
Martha Margarita Tamez
La Chacha.
17 de septiembre de 2008.

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Martha: Supongo que como otras tantas personas nos habremos puesto contentas de saber que estás bien, dentro de lo que cabe.
El baúl de PURO COLOR está en Monterrey, en casa de mi hermana Jessica. Si algún día lo necesitas, puedes pasar por él. Es tuyo, y ha sido mío todo el tiempo y lo que guarde también. Aunque creo que ahora sólo tiene míos algunos libros y una manta de mi hermana que para el invierno quitará.
En fin, que me alegro que estés bien y si me autorizas escribiré en mi blog tus correo. Quiero que quién me lea, también lo viva. El mundo se mueve.
Te amo amiga, estoy feliz de que estés bien.
Liz
Elizabeth Hernández Quijano

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Claro, te permito todo lo que quieras porque sé que siempre es bueno. Sólo te comento lo del baúl para que veas cuánto te quiero escribir tan cerca de mí. Gracias, gracias, gracias… Ya pasó lo peor de Ike. La primera mañana nos llenamos de lodo, sudor, arena, etc. y no había agua pero, sólo por un día y medio. Esa noche - sucios –hizo mucho, mucho calor.

Después llegó el agua; dos días más tarde llegó el gas. Seis días más esperamos para los demás servicios en mi barrio afortunado. Otros no son tan afortunados. Tengo suerte, tengo Dios. Todo voló. Las bardas, techos completos o pedazos - como en mi caso -. Dos días oscuros, oscuros en el cielo día y noche.

Aún no recogen la basura y la carne o comida echada a perder hiede. Mi salón de clases está destrozado. Me acordé de cuándo viví en la sierra, y lo vi todo como normal: el viento que corta las ramas secas, el frío nocturno y después de calor intenso de esa la primera noche que te cuento. Yo sólo exclamaba a ratos: “Díos mío”. “Dios mío”. Cuando los trozos de algo golpeaban por el derredor de la casa, por ventanas y puertas que quedaron débiles. Ya pasó todo, pero se tardará tiempo en volver a la normalidad.
Love you!
Saludos a Álvaro, dile que aún tiene tía para rato.
Martha Margarita Tamez
La Chacha.
18 de septiembre de 2008.

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