Ayer estube por la Ribagorza Oriental, un lugar precioso, con muchas tonalidades en verde. Con un embalse de color azul en el que me hubiera metido un rato, pero iba conduciendo, así que no era plan (y no sé si den permiso ni el nombre, seguro algun@ lo sabrá, está por Graus). Estaba presupuestando una alarma a más de 100 kms de casa, pero que divertido el viaje. Me encanta ir mirando los tipos de árboles y como va cambiando la vegetación en tan poco tiempo. Cuando se pueden escuchar los pájaros apago la radio que me acompaña. Veo las hojas que se mueven con el viento y a la vez conduzco con prudencia. Pero te encuentras a cada uno que te va pegando las narices en el culo del auto, que podría inquietar a cualquier conductor. Yo paso. Voy a los kilómetros permitidos, veo por el espejo retrovisor que quiere hacer el pesadito de turno y cuando hay oportunidad, lo dejo pasar a los kilómetros que le de la gana. O sea, que no me presiono si él trae prisa. Muchas veces, también yo la tengo, pero por seguridad, porque deseo volver a casa con mi hijo y por economía (no quiero que me multen, pues ya pague un día por estar en doble fila 140,00 euros).
Pero bueno, no sólo quería contar de lo contenta que estoy en mi trabajo. Porque también debo admitir que tantos kilómetros conduciendo, cansan:
Viernes, Barbastro. Lunes, Monzón. Martes, Barbastro. Miércoles, Siétamo y Ribagorza Oriental, Jueves tarde Monzón (o sea hoy). ¡Que ritmo de vida! Mi premio, que llegaré a objetivos y tendré trabajo el siguiente mes.
Bueno, que me voy pitando a seguir la vida. Gracias por sus comentarios y les deseo un buen día.
Liz
1 comentario:
Yo tampoco soporto a los que se pegan a tu culo y van echandote las luces o diciendote de todo por ir conduciendo prudentemente.... me ponen de los nervios..
El tipo de trabajo que tienes es durisimo para mi, yo pienso que ha de gustar mucho para sobrellevarlo. Muchos animos y suerte para ti dulce Princesaliz
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